miércoles, 30 de junio de 2010

Benidorm y el futuro de Alarte

El primer test cronológico sobre el futuro político tanto de Francisco Camps como de Jorge Alarte no está vinculado al caso Gürtel ni a la relación del primero con Mariano Rajoy y del segundo con Leire Pajín, Rodríguez Zapatero y demás próceres socialistas. Aunque parezca mentira, esa primera batalla se dilucida en Benidorm, donde la autoridad de ambos líderes está puesta en cuestión.

¿Quiénes disputarán allí la alcaldía? ¿Con qué respaldos?

El candidato in pectore de la Generalitat o, lo que es lo mismo, del campsismo, por utilizar la jerga política al uso, es el ex alcalde Manuel Pérez Fenoll. Al hombre lo envió Ricardo Costa —aún no caído en desgracia por aquella época— a arrebatar la Diputación de Alicante a José Joaquín Ripoll, bastión provincial del denominado zaplanismo. Y nuestro hombre se estrelló. Quedó tan tocado, que el cambio posterior de chaqueta de uno de sus concejales, José Bañuls, dio la alcaldía al entonces socialista Agustín Navarro.

“Pérez Fenoll no se enteró de la que se le venía encima porque apenas si pisaba la alcaldía”, me dice malévolamente un empresario benidormí.

Ya ven que su candidatura no parece gozar de demasiado predicamento. Sus rivales del PSPV-PSOE poseen una encuesta interna que daría el triunfo por un único concejal a Agustín Navarro si su oponente fuera Pérez Fenoll, pero que perdería también por uno si se enfrentase a Gema Amor, forjada políticamente a la sombra de Eduardo Zaplana, es decir, lo peor de lo peor a ojos del campsismo oficial.

La primera guerra, pues, se plantea dentro del propio PP, donde Gema Amor, presidenta de la agrupación local del partido, piensa ir a por todas. “Por supuesto que quiero ser alcaldesa de mi pueblo natal”, me comenta con sincera espontaneidad. “Tanto ella como Agustín Navarro —opina otro empresario de la ciudad— serían unos excelentes alcaldes”. ¿Y Pérez Fenoll? “Es una buena persona, pero no está por la labor”.

¿Conseguirá Camps imponer su candidato? ¿O cederá a cambio de que no se cuestione su propio nombre para repetir como Presidente del Consell?

No están mejor las cosas en el frente socialista ya que, al haberse negado tajantemente Jorge Alarte a pactar con tránsfugas para así regenerar la maltrecha vida política, Agustín Navarro, Maite Iraola —madre de Leire Pajín— y demás concejales del PSPV hubieron de dejar el partido para hacerse con la alcaldía. Ahora, claro, en una maniobra ya calculada en su día, pretenden volver y presentarse bajo las siglas socialistas para repetir en el cargo.

¿Admitirá semejante componenda el secretario general del partido? Evidenciaría una enorme debilidad política si lo hiciera. Por otra parte, si el PSOE confeccionase una lista alternativa frente a una hipotética candidatura independiente de Navarro, al dividir sus fuerzas sería tanto como entregar la alcaldía al PP, encabece éste quien sea. Así que Agustín Navarro, dentro o fuera de las siglas del partido, será candidato. O sí o sí.

Eso supondría un clavo más en la cruz de Jorge Alarte, ninguneado por las encuestas, zancadilleado por la gente de Joan Lerma y abocado para ser candidato del partido a la Generalitat a unas eventuales primarias que podría perder perfectamente.

Ya ven, pues, la importancia estratégica de Benidorm en nuestra Comunidad, no sólo desde el punto de vista económico, que la tiene, sino convertida ahora también en laboratorio de las más alambicadas conspiraciones políticas.

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