viernes, 11 de junio de 2010

¡Salvad a la UDS!

La única vez que he ido al Helmántico, la Unión Deportiva empató a cero en un horripilante partido. ¡Como para volver! Ya ven, pues, que no soy ningún forofo.

Sin embargo, si algún día llega a desaparecer la UDS —o si baja a Segunda B, como puede ser el caso inmediato— se trataría de una auténtica catástrofe.

Con todo el respeto hacia los equipos de Guijuelo, Zamora o la Cultural Leonesa, ya me dirán: no es lo mismo jugar contra ellos que enfrentarse al Barça de Messi o al Madrid de Ronaldo. El seguidor del Guijuelo, por ejemplo, todo lo más que puede hacer es echar la tarde en Salamanca y que lo que no gaste en su pueblo lo deje en la capital. Total, lo comido por lo servido. Pero en Primera, y hasta en Segunda A, llegan con sus equipos hinchas de toda España quienes, amén de efectuar el gasto, se quedan con las ganas de volver con más calma a Salamanca, pues apenas si les ha dado tiempo a ver la Catedral.

Por esa razón, si en las dos jornadas que quedan la UDS no consigue la permanencia, aviados estamos. Un equipo de fútbol marca el tono de la ciudad en la que radica: la promociona turísticamente, mueve dinero, la sitúa en el mapa y hasta permite hacer negocios. Que se lo pregunten, si no, a Fernando Roig, exitoso presidente del Villarreal CF y de Pamesa Cerámica.
Por eso, insisto, Salamanca se juega más entre hoy y el día 20 que en los próximos meses con lo que le deparen, por ejemplo, los presupuestos de la Junta. Dichos presupuestos, ya se sabe, serán necesariamente restrictivos por culpa de la crisis de las narices. Sólo faltaría, además, que la UDS nos convirtiese en una ciudad de Segunda B.
Así que hay que mantener la categoría.
No se trata, para ello, de montar plataformas de ésas, tipo Salvad a Willy o a la selva amazónica, entre otras cosas porque ni hay tiempo ni dan resultado. De lo que se trata es de ganar los dos últimos partidos, frente al Betis y al Villarreal B. Por fortuna, la UDS sólo depende de sí misma y no de alguna rara carambola futbolística. O sea, que ya lo saben sus jugadores: a atarse los machos y a ganar; si no, Salamanca no podría perdonarles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario