domingo, 30 de septiembre de 2012

La semana patética


Por si no supiéramos que estamos en cueros, el Gobierno presenta unos Presupuestos en los que la subida de impuestos se la come entera el pago de nuestra deuda. Eso, en el mejor de los casos. Y es que con la prima de riesgo manteniéndose por encima de los 450 puntos no hay quien aguante.

Acaba así una semana patética para la imagen de España, con miles de indignados intentando tomar el Congreso de los Diputados contra la oposición de unos esforzados cuerpos policiales. Todo ello, ante la atenta mirada de las cámaras que difunden esas escenas por el ancho mundo.

Bueno: lo de España también es otro decir, porque el Parlament de Catalunya acaba de aprobar por abrumadora mayoría una consulta popular en pro de la secesión de ese territorio.

Nada de todo eso parece perturbar demasiado a nuestra enquistada casta política, fiel a sus hábitos de defender por encima de todo sus propios intereses. Parlamentos autonómicos, como el valenciano, han practicado esta semana el ritual debate autonómico anual con los mismos argumentos de siempre del Gobierno y de la oposición, preocupados, eso sí, de que no les reduzcan sus lucrativas canonjías.

En Madrid, por su parte, en el Congreso sitiado, sus señorías han escenificado la inanidad de la comisión sobre los ERE de Andalucía con las inútiles comparecencias de Chaves y Griñán.

Y es que aquí, en el fondo, no debe estar sucediendo nada de nada, como lo evidencia Rajoy fumándose un puro en las calles de Nueva York, adonde ha ido, a falta de asuntos de mayor enjundia, a recordarles a los británicos el tema de Gibraltar.

Vivir para ver.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Crímenes impunes


La destitución de Josefina Llamas, la forense que metió la pata en el caso de José Bretón, más que tranquilizar al personal le plantea nuevas cuestiones inquietantes, dada su contrastada ineptitud: ¿cuántos crímenes habrá dejado sin resolver en sus 32 años de posibles errores forenses?

El suyo sólo es un ejemplo más de la dificultad de resolver los delitos que se cometen en nuestra sociedad.

Partimos de que en muchos crímenes hasta se ignora que se hayan producido. Luego, hace falta que se descubra a su autor. Y aún queda lo más difícil: probar su autoría, como se vio en el asesinato de Marta del Castillo. Finalmente, tenemos el conocido colapso de nuestro sistema judicial, que propicia la prescripción de los delitos y la excarcelación de sus culpables tras pasar por la prisión preventiva.

No quiero ponerme trágico ni pesimista, pero todo esto se traduce en que una mayoría de crímenes queda impune.

Mucho peor, incluso, es lo que sucede en los llamados delitos de cuello blanco. Ahí tenemos, si no, el bochornoso e inane espectáculo de la comisión de investigación sobre el saqueo de las cajas de ahorro por directivos sin escrúpulos con la complicidad evidente de nuestros políticos. Pues bien: ni uno solo de ellos ha sido encarcelado hasta la fecha.

En las escasísimas ocasiones anteriores en que altos empresarios o banqueros han sido condenados, se les ha aplicado la prescripción de sus delitos, como en el caso de Alberto Cortina y Alberto Alcocer, o han sido indultados por el Gobierno de turno, como Alfredo Sáenz Abad.

Ya ven si no es para echarse a llorar: en vez del triunfo de la justicia asistimos día a día al de la más flagrante iniquidad.

 

 

martes, 18 de septiembre de 2012

La vuelta atrás del Islam


Hace 90 años, Kemal Ataturk creó la nueva Turquía sobre las ruinas del antiguo Imperio Otomano, modernizó el país, separó la Iglesia del Estado y prohibió el uso público de los símbolos del Islam.

En 1958, Habib Burguiba dotó a Túnez de su primera Constitución democrática y moderna, en la que se equiparaban los derechos del hombre y la mujer.

Entre 1956 y 1974, varios militares árabes dieron sucesivos golpes de Estado e instauraron regímenes laicos, sometiendo los líderes religiosos al poder político. Fueron Gamal Abdel Nasser en Egipto, Muamar el Gadafi en Libia, Sadam Husein en Irak, y Hafez Al-Assad —padre del actual presidente, Bashard— en Siria.

Todos ellos se convirtieron, en mayor o menor medida, en déspotas sanguinarios merecedores de su deposición. Pero, ¿ha llegado tras ellos la democracia a sus respectivos países?

En una comparación histórica no siempre afortunada, el extremismo religioso de la Europa medieval parece haberse instalado hoy día en los países islámicos, con guerras de religión, santas inquisiciones y el sometimiento de los derechos humanos al fanatismo teológico.

¿Era eso lo esperado tras la intervención norteamericana en Irak, el derrocamiento de Gadafi con ayuda europea o la caída del tunecino Ben Alí y el egipcio Mubarak? ¿Y quién puede garantizar que se instaure la democracia a Siria después de Bashard Al-Hassad?

Las cosas no son, por consiguiente, tan sencillas como lo preveía la bienintencionada opinión pública occidental. Lo último que está ocurriendo en muchos de esos países —las violentas algaradas tras la emisión de un vídeo estúpido y malsano— no hace sino ratificar aquel aforismo de que el camino al infierno suele estar empedrado de buenas intenciones.

 

 

 

domingo, 16 de septiembre de 2012

La prescripción de Urdangarin


En vez de estarse calladito, Iñaki Urdangarin pide ahora que se consideren prescritos  sus presuntos delitos fiscales cometidos entre 2003 y 2005.

Está en su derecho, claro. Cualquier imputado también tiene el derecho procesal a mentir, aunque eso no le haga parecer más inocente a los ojos de la sociedad.

Aparte de los otros posibles delitos que se les imputan, Urdangarin y su socio deberían pagar a Hacienda por su fraude fiscal no menos de cinco millones. En momentos como éste, en que el Estado nos cruje a los demás ciudadanos con una presión fiscal de órdago, semejante cifra supone por sí misma un escándalo mayúsculo.

Y es que Urdangarin posee el raro mérito de provocar él solo más alarma social que cualquier otro sospechoso de delito alguno. Con sus tejemanejes, ha causado un cuantioso daño a la empresa que le tenía contratado, Telefónica, que ha sufrido la baja de decenas de miles de abonados, escandalizados por su sueldo millonario.

También, tras casi cuarenta años de monarquía constitucional, él solo ha erosionado la institución más que todas las campañas de los republicanos más recalcitrantes. Ya me dirán si no tiene delito el hombre.

Lamentablemente para él, el susodicho ha logrado concitar el rencor de unos ciudadanos dolidos por el derroche, la corrupción y la codicia de muchos de sus dirigentes.

Y aún habremos de ver más episodios de este culebrón procesal. Nos tememos, incluso, que la presunta modestia sobrevenida a la familia Urdangarin al dejar su mansión de Pedralbes sólo sea el preludio de la venta del inmueble para escamotearlo así a las responsabilidades civiles del imputado.

   

jueves, 6 de septiembre de 2012

El vídeo de la concejala


No he visto las tetas de la concejala de Los Yébenes ni sus prácticas masturbatorias en un vídeo que circula por la red. No lo he hecho porque no soy ningún mirón y porque la dichosa concejala puede hacer de su capa un sayo.

Sin embargo, tampoco le daría a la susodicha el Premio Nobel de la prudencia: ni a ella ni a la alcaldesa belga de Aast, que hace un año se puso a copular con su marido en el castillo de Olite creyendo que nadie los veía.

Me preocupa que haya políticos así de simples o, mismamente, tontorrones. Si muestran tan poco juicio y tan poca cordura en cuestiones de pelvis, ¿qué no harán a la hora de manejar los presupuestos municipales u otros asuntos de mayor cuantía?

Lo dicho para esas ediles vale para el diputado del PP Nacho Uriarte, detenido ebrio al volante de su automóvil, para la ex ministra Bibiana Aído destrozando el idioma al hablar de miembras, para el alcalde vallisoletano, León de la Riva, manifestando su pulsión erótica con los morritos de Leire Pajín, para el ex de Getafe Pedro Castro calificando de “tontos de los cojones” a quienes no le votaron, etcétera, etcétera.

Todas éstas son situaciones muy diversas, pero con el común denominador de la insensatez de sus protagonistas.

Claro que hay políticos mucho peores, por supuesto: los pringados en casos como el Instituto Nóos o los ERE de Andalucía, la quiebra de las cajas de ahorro, el sobrecoste de obras faraónicas, la colocación a dedo de amigos y paniaguados, el desvío de fondos hacia su partido o su propio bolsillo…

Al lado de esto, lo de la concejala Olvido Hormigos no supone nada de nada: sólo refleja cómo son los políticos en cuyas manos estamos.  

domingo, 2 de septiembre de 2012

Contra la crisis, más fraude


Mientras Grecia no tiene solución, nos dice en un reciente ensayo el periodista Petros Márkaris, un montón de griegos se beneficia de la crisis.

Su análisis, por mucho que nos duela, es aplicable a España milimétricamente.

Entre los beneficiarios del desastre están quienes se enriquecieron con el boom inmobiliario y ahora tienen su dinero a buen recaudo en paraísos fiscales. ¿Les suena eso?

Seguro que sí. Como también les sonará el chollo de decenas de miles de enchufados por los partidos políticos tradicionales en detrimento de los funcionarios de oposición. O la cantidad de agricultores que, en vez de invertir en tractores, se han gastado dudosas subvenciones de la UE en comprar BMWs y otros gastos suntuarios.

Pero lo más traumático es que, a mayor presión fiscal para cuadrar las cuentas del Estado, mayor fraude tributario por aquéllos privilegiados que pueden hacerlo. Me refiero a ese creciente número de profesionales autónomos y de empresas que facturan sin IVA, dejando de ingresar en Hacienda decenas de miles de millones.

Claro que al Gobierno le resulta más fácil penalizar a funcionarios, pensionistas y contribuyentes en general que luchar contra el fraude que supone ese 22 ó 23% de economía sumergida y sin control.

No es sólo que los defraudadores dejen de pagar el IVA, sino que esos empresarios fraudulentos también pagan en consecuencia menos impuesto de sociedades y de IRPF, en una espiral de alegre y continuado latrocinio.

Sólo con evitar tanto fraude acumulativo, no harían falta recortes, rescates ni otras cirugías sociales. Pero, ¿quién es el guapo que se atreve a poner el cascabel a ese gato?