jueves, 9 de junio de 2011

Una jornada premonitoria

Porrazos, policías, contusiones, detenidos… han marcado la apertura de una legislatura diferente.

Mientras eso sucedía fuera de Las Corts, dentro del recinto el ágape institucional ha sido el más desangelado de su historia —“en mi época esto no pasaba”, decía con asombro la ex presidenta parlamentaria Marcela Miró—, debido a la ausencia como protesta de los partidos menores y con una mínima presencia empresarial: Vicente Boluda, José Luis Olivas, Rafael Aznar…

Para que el personal tuviese temas de qué hablar ha habido de todo: un polémico crucifijo de Juan Cotino, juramento-promesa “por imperativo legal” del joven nacionalista Fran Ferri y la militante y emocionada alusión a “la clase trabajadora” de Marga Sanz y su tropa de Esquerra Unida.

“Si todo esto sucede en la etapa prólogo, qué no ocurrirá en las de montaña de este Tour político”, he oído decir a alguien, relamiéndose por anticipado. Pero que nadie se anime demasiado: volverá a ganar Paco Camps, el Alberto Contador de estas movidas, gracias a su desigual y ventajosa aritmética parlamentaria.


Claro que lo verdaderamente importante para la Comunidad en el inquietante futuro que se avecina lo decidirá, por desgracia, el eje Berlín-Bruselas-Madrid. Pero aquí, al menos, viviremos una legislatura apasionante, con un Jorge Alarte obligado a mostrar cuál es su talla real y una Mónica Oltra y otros epígonos dispuestos a saltar a la yugular del PP en cuanto se descuide.

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