domingo, 25 de diciembre de 2011

El laberinto socialista

Después de perdido el Gobierno, ¿puede el PSOE dejar de ser el principal partido de la oposición?
Esta hipótesis, impensable hace sólo cuatro años, la manejan hoy día en privado gentes tan distintas como Cayo Lara o Mariano Rajoy.


El dirigente comunista, por ejemplo, ha mostrado una amable condescendencia con el nuevo presidente durante el debate de investidura. Rajoy, por su parte, enfatizó varias veces su acuerdo con Lara en varios asuntos.


Y es que para Izquierda Unida —la nueva Izquierda Plural, incluyendo en ella al despechado Gaspar Llamazares— éste puede ser el comienzo de una nueva etapa tras el desconcierto provocado por Rodríguez Zapatero en las huestes socialistas.


De creer esta hipótesis, en IU están pensado ya, como en la época de Julio Anguita, en un posible sorpasso a la italiana, cuando el descalabro del malhadado Bettino Craxi convirtió a los comunistas de aquel país en alternativa a la extinta Democracia Cristiana.


Dentro del PSOE, ya se ve, comienza a gestarse un tsunami de imprevisibles consecuencias. De momento, sólo es la carta de Chacón, Borrell, López Aguilar y otros notables socialistas pidiendo casi la refundación del partido. Pero el movimiento resulta aún más profundo en las agrupaciones territoriales, donde se está cuestionando todo el aparato partidista. En Salamanca, sin ir más lejos, se viene a pedir la cabeza de Fernando Pablos con todo su equipo.


En este escenario de descomposición acelerada del PSOE es en el que incuban sus esperanzas los terceros partidos que hasta hace bien poco ni levantaban cabeza.


Ahí tenemos, si no, el caso de la ascendente UPyD. Con quien estuvo más duro Rajoy en su debate de investidura fue, curiosamente, con Rosa Díez, a propósito del sistema electoral. Si en tema tan nimio el líder del PP adoptó semejante postura, ¿quién nos dice que no lo hizo para otorgar a UPyD un papel protagonista a costa del PSOE?


Puede ser. Ese protagonismo, precisamente, es el que en muchas partes de España pretenden robar a los socialistas partidos regionalistas que aspiran a ser la alternativa al PP en lugar del PSOE: la Chunta en Aragón, Compromís en la Comunidad Valenciana,…


En cualquier caso, un partido socialista desnortado, perdidos sus referentes ideológicos y el respaldo popular, dubitativo sobre el camino a seguir y con un líder provisional y contestado —Pérez Rubalcaba—, tiene bastante complicado salir rápidamente del laberinto en el que él solo se ha metido.

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