sábado, 31 de diciembre de 2011

Alberto Fabra: un hombre solo

Alberto Fabra sigue estando solo.

Está solo porque el Consell con el que gobierna la Comunidad lo heredó tal cual de Francisco Camps.

Está solo porque los miembros del grupo parlamentario de su partido en Les Corts también fueron elegidos, uno a uno, por su predecesor.

Está solo porque tampoco puede mover un pelo de la estructura orgánica del PP regional que confeccionó a su medida Francisco Camps.

Tanta soledad se debe, claro está, a que Alberto Fabra nunca soñó con ser presidente de la Generalitat y, lógicamente, ni creó un equipo para ello, ni concitó voluntades, ni maniobró en las entrañas partidistas para colocar a gente afín a su persona.

Esta inmensa soledad podía haberla quebrado ayer, cuando por fin fue autorizado a hacerlo, tras la espera a que Mariano Rajoy nombrase los miembros de su Gobierno de España.

Ni por ésas. El nuevo vicepresidente de la Generalitat, José Ciscar, es más veterano que el propio Fabra en el Consell, y la mínima sustitución de Paula Sánchez de León por María José Catalá se asemeja más a un ejercicio de cosmética que a un ánimo real de cambio.

Es más: si algo manifiesta este relevo es que los políticos cesantes jamás se quedan a la intemperie. Si en su día Francisco Camps pasó de delegado del Gobierno en la Comunidad a Presidente, ahora su vicepresidenta hace el camino inverso para acabar sentándose en el Palau del Temple.

Entre tanta soledad, Alberto Fabra sí tiene un amigo que vale un tesoro: Mariano Rajoy, que fue quien le designó para ese puesto.

Pero, ¿puede bastar su apoyo cuando el déficit de España es un 2% superior al previsto, cuando el Gobierno del PP se ve obligado a subir impuestos, contra lo prometido en campaña, y cuando no hay un euro con el que poder beneficiar a la Comunidad?

La última baza que le queda a Fabra es la de confeccionar un partido a su medida de aquí al Congreso regional del PP la próxima primavera. Sin embargo, con tanta penuria a cuestas, tantos frentes políticos abiertos y tantas guerras de guerrillas dentro del partido, la esperanza de quebrar su soledad resulta bastante problemática.

No hay comentarios:

Publicar un comentario