sábado, 5 de noviembre de 2011

Los planes de Rajoy y Rubalcaba

La frase más impactante de estos días ha sido pronunciada por Alfredo Pérez Rubalcaba en Radio Marca: “Es más fácil que el Madrid gane al Barça que remontar a Rajoy”.

Este reconocimiento implícito de la próxima derrota electoral del PSOE no es nada nuevo. Sí lo es, en cambio, su formulación tan expresa y tan didáctica.

A tenor de algunas filtraciones desde la sede socialista de la madrileña calle Ferraz, ya me atreví escribir el pasado 16 de julio en el diario Última Hora, de Palma de Mallorca, y en otra docena de periódicos españoles: “¿Por qué la candidatura izquierdista —llamémosla así— del ex ministro y no otra más realista y centrada?: probablemente porque no está hecha para ganar, sino para convertirse en un incordio permanente para Mariano Rajoy desde la oposición”.

Resultaba tan evidente lo que se estaba cocinando entonces en los sótanos del PSOE que me permito concluir la autocita: “Según esta hipótesis, la evolución de la economía empeorará en los próximos años y se evidenciará entonces que el PP no posee mejores recetas que el fracasado Zapatero. Se trataría, pues, de evitar la mayoría absoluta de Rajoy y, una vez logrado ese objetivo, fustigarle desde el Congreso. Y nadie mejor que Alfredo P. para ello”.

Ni por ésas: la encuesta del CIS publicada anteayer revela que el batacazo socialista puede ser muchísimo mayor de lo que temían sus protagonistas.

¿Y qué puede ocurrir en la Comunidad Valenciana?

Probablemente, las cosas le resulten aún peor. A diferencia del PP, cuyo cabeza de lista por Valencia, Esteban González Pons, posee un evidente grado de notoriedad y supone un gran refuerzo para Rajoy, los principales candidatos socialistas ahondan el caos de su partido.

La número 1 por Valencia, Inmaculada Rodríguez-Piñero, resulta una gran desconocida para el gran público. No así los otros dos cabezas de lista; pero al de Castellón, Ximo Puig, se le recuerda por haber sido el rival de Jorge Alarte para dirigir el PSPV-PSOE, y a la de Alicante, Leire Pajín, se le asocia al más que desprestigiado Rodríguez Zapatero. ¡Menudo cartel!

Sus homólogos catalanes, en cambio, se han olvidado de Zapatero, Rubalcaba y otros zombis políticos, y apuestan en sus carteles electorales casi en exclusiva por Carme Chacón, llegando a aparecer en un vídeo hasta su hijo Miguelito: o sea, el futuro.

Ante su evidente ventaja en el marcador, por usar el símil deportivo, no es de extrañar que Mariano Rajoy apenas si arriesgue y formule propuestas lo menos concretas posibles. En el caso de nuestra Comunidad, resulta notoria la ausencia programática de temas delicados como el agua, la financiación autonómica o el AVE a Castellón.

El espejo donde se mira el candidato del PP es el británico David Cameron. El líder conservador tuvo un desliz de sinceridad al anunciar futuros recortes al comienzo de su campaña electoral y, debido a ello, no consiguió la mayoría absoluta que vaticinaban las encuestas.

Como Rajoy no quiere que le pase lo mismo, deja la iniciativa a un Rubalcaba a la desesperada, que va cambiando de discurso a medida que pasan los días y que ha concentrado sus esperanzas en el debate televisivo que mañana moderará Manuel Campo Vidal.

Mientras que probablemente el candidato socialista se lance a la yugular de su adversario —de forma metafórica, claro—, Rajoy intentará mostrarse como un hombre de Estado cuya serenidad logrará sacarnos de la crisis.

Habrá que verlo.

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