sábado, 7 de enero de 2012

La irrelevancia del PSPV-PSOE

Nunca un partido lo ha tenido tan a huevo para hacer una oposición fecunda como el PSPV-PSOE durante los últimos cuatro años de gobierno de Francisco Camps y, en cambio, ya lo ven: ha obtenido, en las elecciones autonómicas y en las generales los peores resultados de su historia.


De nada vale, por otra parte, echar la culpa de ese descalabro al descrédito de la política seguida en España por Rodríguez Zapatero, ya que el fracaso socialista en la Comunidad ha sido más acentuado que en el conjunto del país.

Eso, a pesar de la trama Gürtel, del caso Brugal, de los procesos contra Carlos Fabra, de la quiebra de la Ciudad de la Luz, de los sobrecostes del Palau dels Arts, del fiasco del aeropuerto de Castellón y del hundimiento generalizado de nuestra economía.

¿Qué rentabilidad política —y sobre todo, qué beneficios para los ciudadanos— se ha obtenido de la monótona cantinela de Ángel Luna, portavoz socialista en Les Corts? Sorprendentemente, ninguna.

Éste es el mayor ejemplo de la irrelevancia política actual del PSPV-PSOE cuando, precisamente, la Comunidad necesita más que nunca un partido opositor que ilumine a los ciudadanos sobre un camino alternativo a seguir.

No parece, por consiguiente, que ese partido pueda ser el mismo que durante el ya lejanísimo gobierno autonómico de Joan Lerma alcanzó su máximo esplendor. Ahora, por el contrario, se ha “convertido en una UTE de intereses orgánicos puntuales”, según afirmaba en un reciente y durísimo artículo la dirigente socialista oriolana Antonia Moreno. En consecuencia, la articulista pedía a Jorge Alarte y a Leire Pajín que no decepcionasen a los militantes y que, simplemente, se fuesen a casa.

¿Tan sencilla es la solución?

Me temo que no, ya que las voces que se aprestan a tomar el relevo dentro del partido no ofrecen, paradójicamente, una imagen de modernidad.


El candidato Manuel Mata propugna una política más a la izquierda que la actual, mientras que el otro aspirante, Francesc Romeu, presenta el currículum del típico profesional orgánico del partido cuando lo que se precisa es justamente lo contrario: una renovación de ideas y de conceptos y el acercamiento del PSPV-PSOE a la realidad social, desprendiéndose incluso de unas siglas anticuadas y equívocas que evocan un sumiso pancatalanismo y el anclaje en tiempos de la transición política del franquismo.

Sin esa evolución —que intentó realizar, sin éxito, Jorge Alarte antes de quedar preso en las perennes intrigas de su partido—, el socialismo autóctono está perdido.

En la época de Joan Ignasi Pla al frente del PSPV-PSOE, éste aún era el referente que pretendía encabezar un sedicente frente de progreso para así arrebatar el poder al PP.

Ahora, ni eso.

Ahora ha vuelto a levantar cabeza EU, bajo la dirección de Marga Sanz y con la política antisocialista de Cayo Lara en Madrid. Ahora gana enteros cada día el renovado Compromís de Enric Morera y Mónica Oltra. Y ahora hasta ha aparecido en el escenario político regional UPyD, que con Toni Cantó ha obtenido un diputado nacional y que podría entrar en Les Corts Valencianes en las próximas elecciones autonómicas.

Así que, o espabila pronto el PSPV —con o sin Jorge Alarte al frente—, cambiando su programa y adaptándolo a las necesidades reales de los ciudadanos, o, como decían en mi pueblo, se quedará para vestir santos, acentuando así su insoportable levedad actual.

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