jueves, 8 de abril de 2010

Prolongar el paro

El paro continúa subiendo, pero aun así el Gobierno se muestra contento: “Los datos consolidan la tendencia de que estamos en el camino de la recuperación”, dice una impávida María Teresa Fernández de la Vega.

Evidentemente, con 4,2 millones de parados —la cifra más alta de Europa— cada día que pasa quedan menos empleos por destruir y, en consecuencia, el ritmo de desempleo será menor.
Congratularse con esta situación, mírese por donde se mire, es de una estólida irresponsabilidad porque hasta ahora destruir puestos de trabajo ha resultado una tarea sencilla, pero crearlos de nuevo, a juicio de todos los analistas, no sólo va a ser difícil sino que la recuperación económica en lontananza se realizará con menos gente con trabajo que antes de la crisis.
En vez de invertir esta dramática realidad, buscando estímulos para nuevos empleos, corrigiendo el mercado de trabajo, inventando otras formas de ocupación, favoreciendo el que las empresas renueven los contratos,… el Gobierno prefiere subsidiar el creciente paro, tarea evidentemente efímera, pues las arcas públicas se están vaciando a una velocidad de vértigo.

Pero es que la política económica oficial —por llamarla de alguna manera— es una política de subvenciones. Hubo una con carácter general, de 400 euros, que favoreció tanto a Emilio Botín como al último parado, y otra del cheque bebé, tanto para el hijo de un inmigrante como para el de Florentino Pérez.
Con algo menos de despropósito, se acordó más tarde otra ayuda de 420 euros mensuales a aquellos parados que se habían quedado sin prestaciones y otra de 210 a los jóvenes como Renta Básica de Emancipación. Pero, ¿qué es mejor, darles dinero por la cara u ofrecerles un trabajo en el que aprendan a ganárselo por ellos mismos?

Crear una sociedad subsidiada desde la base conlleva un cáncer social, económico y moral, como sucedió en aquel socialismo real de los países comunistas, en los que un pleno empleo aparente enmascaraba la brutal miseria colectiva. Menos subvenciones, pues, y más oportunidades de trabajo para una sociedad que, ella sí, está terriblemente alarmada por el paro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario