martes, 9 de agosto de 2011

¡Que ahorren otros!

María Dolores de Cospedal, tras haber criticado los derroches de su predecesor, José María Barreda, ficha nuevos asesores y sube el sueldo a los altos cargos de su Gobierno.


Es que a una mujer capaz de presidir Castilla-La Mancha desde Madrid y de controlar simultáneamente el PP nacional desde Toledo no se le deben aplicar las recetas que ella da para los demás. Tampoco en el ámbito televisivo, donde, en vez de privatizar el oneroso canal público regional, ficha a un reconocido guardián de las esencias informativas, como Nacho Villa, para dirigirlo.


Ese pantanoso terreno de las televisiones públicas es el que mejor muestra la total incoherencia de unos políticos y unas instituciones que, puestos a hacer recortes, prefieren que sean otros los que apechuguen con ellos.


Se ha visto en Baleares, con la decisión del presidente, José Ramón Bauzá, de cerrar la deficitaria y prescindible radiotelevisión de Mallorca. La oposición, en lugar de felicitarle por la medida, la critica con argumentos que van desde la libertad de expresión hasta los puestos de trabajo perdidos.


A nivel más modesto, otro tanto ha ocurrido con la clausura de las televisiones locales de Gandía, donde trabajaban 26 empleados públicos, y de Onteniente, con un presupuesto anual de 150.000 euros. ¿No hay nada mejor en qué emplear ese esfuerzo y ese dinero que en televisiones municipales? ¿Y de qué demonios nos tienen que informar?


Lo paradójico del caso es que en Gandía ha echado el cierre el PP, con la protesta del PSOE, y en Onteniente lo ha hecho el alcalde socialista, para cabreo del PP. O sea, que todos son igual de impresentables.

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