El
presidente de los médicos españoles, Rodríguez
Sendín, se lo ha puesto a huevo al Gobierno para que siga estrujando a los
ciudadanos al proponer que se multe por la utilización indebida de la asistencia
médica: una vez más, que se rasquen el bolsillo los usuarios, como con el
copago y otras fechorías.
¿Por
qué nuestro hombre no ha propuesto, en cambio, que se persiga el soborno de los
médicos por las compañías farmacéuticas o se castigue a los directivos
sanitarios que infrautilizan costosísimos materiales hospitalarios o descuidan
su mantenimiento en perjuicio del contribuyente?
Nos
encontramos al revés que en la mitología romántica, en la que nobles
salteadores de caminos, como Robin Hood
o Dick Turpin, robaban a los ricos
para dárselo a los pobres. Ahora son las instituciones quienes asaltan a los
pobres para dárselo, por ejemplo, a unos consejeros de bancos y cajas de
ahorros que los han estafado con participaciones preferentes o deuda subordinada.
Asimismo, el creciente desfase de la sanidad pública se atribuye a los enfermos
y no a unos gestores de la cosa pública ineficaces e imprevisores.
Reconozco,
no obstante, que es más fácil robar a los pobres que a los ricos. Éstos, para
proteger sus bienes, ya no necesitan, como antaño, tener a su lado pesadas
cajas fuertes de complejas estructuras. Ahora poseen SICAVs y otros
instrumentos financieros y quienes guardan sus tesoros lo hacen en paraísos
fiscales, con cuentas cifradas, limpias de polvo y paja.
Así
no hay manera. Lo peor de todo es que hasta los modosos funcionarios de antes,
como Cristóbal Montoro, se han
apuntado a la moda de esquilmar a los pobres, ideando nuevas figuras
tributarias, mientras que amnistían periódicamente a los que se llevan su
dinero a Suiza.
¡Si
Robin Hood y Dick Turpin levantasen la cabeza!
No hay comentarios:
Publicar un comentario